18 de diciembre de 2013

Navidad 2013


Ah, Navidad... Cuánto la disfrutaría si no tuviera que ir a trabajar y pudiera quedarme en casa sentado en el sofá todo el día, con una taza de chocolate caliente en las manos y una manta cubriéndome las piernas, viendo películas de Disney y de Chevy Chase y haciendo maratones de episodios navideños de series ñoñas de televisión... Sí, esa es la vida que quiero para mí. Solo tenéis que añadirle una joven Mamá Noel de busto generoso trayéndome ese delicioso chocolate caliente y, tal vez, unas pastitas, y seré un hombre feliz.

Pero podría ser mucho peor. Podrían ser las Navidades de las que hablaba Phoebe Cates en Gremlins, esas en las que encontraron a su padre disfrazado de Santa Claus en la chimenea, desnucado y hediendo a putrefacción. Incluso podría hacer más frío.

Aparte de desearos unas felices fiestas, y como viene siendo habitual, quería recordaros que a partir de mañana comienza el especial navideño de El Tipo de la Brocha. Espero que disfrutéis leyendo las entradas que he preparado (y que aún estoy preparando) tanto como yo he disfrutado yendo al baño hace unos minutos. La sinceridad, como veis, es mi perdición.

5 comentarios

  1. Bieeeen me encanta los especiales del blog. Al final el saqueador solo consiguió robar un día de navidad, a ver que nos tienes preparado.

    ResponderEliminar
  2. Vientos Tipex!; acá en México está todo triste, y me toca vacacionar en casa de los abuelos, me caerá de perlas leer tus fantásticas reseñas en la sala o el cobertizo que guarda la misma configuración que cuando era niño.
    Buenos deseos y a cometer gula y pereza jejeje

    ResponderEliminar
  3. Menos mal que voy a tener entretenimiento mientras trabajo (como ocurre en estos momentos).
    Yo quiero mezcla de sangre y ñoñería a partes iguales, es lo bonito de la Navidad.

    ResponderEliminar
  4. ¡Felices fiestas, Brocha! ^_^

    ResponderEliminar
  5. ¿Está describiendo a Maria Whittaker?
    Y por cierto, ¡FELIZ NAVIDAD!

    ResponderEliminar

LEE ESTO ANTES DE COMENTAR: Al autor del blog le chifla recibir comentarios, pero todo tiene un límite. Con carácter general, los siguientes comentarios se eliminarán de la faz de la red: 1) los que no tengan un carajo que ver con la entrada, 2) los que falten el respeto sin ninguna gracia ni elegancia, y 3) los que puedan considerarse spam o sean más largos que un día sin pan (en principio, los que superen 300 palabras, ya sea individualmente o de forma concatenada).